El detrás de las cámaras del acoso escolar. Parte 1

Los seres humanos somos sociales por naturaleza, por lo tanto, las interacciones que tenemos unos con otros nos han ayudado a sobrevivir y a crear las civilizaciones en las cuales vivimos hoy en día. Las interacciones con otros empiezan con la familia nuclear, es ahí, donde los individuos empezamos a aprender cómo relacionarnos con otros para nuestro beneficio y el beneficio de los demás. En nuestras sociedades actuales, de forma muy temprana,  los niños dejan el seno familiar y son llevados a los centros educativos o de desarrollo, donde deben seguir aprendiendo cómo interactuar saludablemente con otros. Una convivencia sin conflictos es una falacia ya que los seres humanos somos criaturas complejas y todas nuestras características físicas y socioemocionales nos llevan a comportarnos de maneras distintas, afectando con esto, la forma en la que convivimos unos con otros. Es en este escenario donde la escuela es uno de los principales espacios donde se pueden generar interacciones tanto positivas como negativas, debido a la cantidad de horas que los alumnos están en ella, la cantidad de personas con las que deben interactuar y la cantidad de oportunidades naturales y creadas por los maestros para el desarrollo socioemocional de los estudiantes.

 

Hoy en día, a toda interacción violenta con otros se la ha bautizado con el nombre de bullying o acoso escolar, lo que ha hecho aún más difícil su manejo en las escuelas y la forma en la que una interacción no adecuada es percibida por padres y alumnos. Para poder evitar/combatir el acoso escolar se tiene que identificar como tal ya que la forma en la que se maneja es completamente diferente a cualquier otro tipo de interacción violenta.

 

Una interacción no adecuada o inclusive violenta se puede dar cualquier ámbito y por ello, la escuela no es la excepción. Es importante describirla ya que un acto violento, aunque incorrecto, no necesariamente es acoso escolar a menos que cumpla con ciertas características.

 

Una acción violenta ocurre cuando alguien produce intencionalmente, o intenta producir daño o malestar sobre otro. Puede ser realizado verbalmente, por ejemplo, amenazando, burlándose, molestando y poniendo apodos. También puede ser realizada por contacto físico, cuando alguien golpea, empuja, patea, pellizca o sujeta a otro. Las acciones negativas también se realizan sin palabras o contacto físico cuando se hacen caras o gestos amenazantes o cuando se excluye a alguien del grupo. (Dan Olweus, Bullying at school, 1991).

 

Se puede decir que es acoso escolar solo si ¨un estudiante es expuesto, repetidamente a lo largo del tiempo, a acciones negativas por parte de uno o varios estudiantes´. (Dan Olweus, Bullying at school, 1991).

 

Existen otro criterios diagnósticos para poder identificar el acoso escolar.

 

1. Es entre escolares

2. Es intencionalmente dañino

 

3. Es reiterado (no circunstancial)

 

4, Existe una precepción de desequilibrio de poder entre quienes atacan y quienes reciben los ataques, no hay igualdad de fuerza. (social, económica)

 

5. Las victimas se sienten intimidadas o atemorizadas y se perciben incapaces de defenderse, se encuentran sometidas, desprotegidas y aisladas.

 

6. Los ataques son injustificados y sin provocación alguna por parte de quien es atacado.

 

7. Puede ser física, verbal, psicológica, emocional.

 

8. Es un ejercicio de poder y dominio, que puede producir una sensación de satisfacción a quien acosa.

 

9. Se genera un clima o ambiente general de temor entre los escolares.

 

Una vez que se obtiene un diagnóstico positivo se deben seguir ciertos procesos que serán expuestos en una segunda entrega de este blog.