El concepto empatía o como comúnmente se le conoce –ponerse en los zapatos de otro- es muy conocido, lo cual no significa que sea comprendido a profundidad y mucho menos visto como una de las principales herramientas que nos pueden ayudar a convertirnos en una persona más feliz y educada.
La mayoría de los problemas ya sean locales, globales o inclusive los más cercanos a nosotros, como los laborales, escolares y familiares se generan por la falta de empatía, siendo la mejor resolución para los mismos el tener y aplicar un pensamiento empático.
Como afirma Zoila Recinos, co-fundadora de la fundación ConTextos, “la empatía va más allá de sólo sentir por el otro, implica conocer en profundidad a la otra persona”.
La empatía es una actitud clave para relacionarnos con otros saludablemente y se puede definir como la capacidad de comprender los sentimientos de los demás, sin juzgar, y con ello, entender que, otros con sus diferentes puntos de vista también pueden estar en lo correcto.
¿Para qué sirve el tener un pensamiento empático?
Para entender que nuestra percepción no es la única y mucho menos la más perfecta, partiendo de esta base, entenderemos que existen otros puntos de vista que deben ser reconocidos, respetados y valorados.
Ser empático no significa que necesariamente debas cambiar tu punto de vista, aunque si puede llegar a suceder, más bien significa que tendrás la apertura de considerar otras perspectivas como correctas y que no eres tú quien tiene que juzgar, reprimir o castigar ninguna situación con la que no estes de acuerdo.
La empatía en la famila
Cada miembro en una familia es único con base en su edad, género, rol y por ello, sus gustos y preferencias deben ser escuchados, respetados y celebrados, contribuyendo así a una sana convivencia. Muchas familias buscan que todos sus miembros tengan y cumplan con las características que ellos entienden sobre el concepto de familia. Cuando un miembro quiere traspasar estos límites, inmediamente es reprimido, criticado e inclusive castigado por pensar en forma diferente al resto. El amor en una famila no es suficiente para que sus miembros sean felices y plenos, lo que se debe tener es amor empático donde cada miembro se sienta respetado y valorado, no importando si sus gustos y preferencias son distintas a las de los demás.
La empatía en la escuela
Todo lo aprendido en casa sobre la empatía debe ser trasladado a otros entornos, siendo la escuela o el área de trabajo un par de ellos, por su relevancia y la cantidad de horas que se pasa en los mismos. En las escuelas la diversidad se multiplica por el número de estudiantes que la misma tiene, y esto puede generar molestia cuando los que están junto a mi no piensan, sienten o valoran lo mismo que yo. Sin embargo, al mismo tiempo, esto puede ser una oportunidad valiosa para enriquecernos de las diferencias de otros y ayudar a abrir nuestra mente para llegar a ser personas con una mentalidad interancional.
Finalmente debemos concluir que ser empático no quiere decir estar de acuerdo, más bien se trata de asimilar la emoción del otro para poder negociar, consolar o ayudar con eficacia, lo que nos hace seres más pensantes, educados y capaces de transformar el mundo.
En una segunda entrega daremos ejemplos más específicos y una guía de cómo hacer que nuestros hijos y alumnos crezcan con un pensamiento verdaderamente empático.